Además de dar placer, a través de la autoexploración aunque a veces se realiza en parejas, la masturbación tiene numerosos beneficios para tu salud.
Ya sabemos que masturbarse uno mismo ayuda a conocer la manera que tenemos de excitarnos y la respuesta sexual que obtenemos de ella, pero a su vez, si se realiza de manera frecuente ayuda a prevenir el riesgo de padecer diferentes enfermedades o trastornos.
Con la masturbación podemos aliviar la tensión, el estrés y relajarnos, e incluso utilizarlo a modo de terapia para solucionar problemas, tanto de hombres como de mujeres, relacionados con el orgasmo o el deseo, e incluso mejorar nuestras relaciones de pareja.
Según un estudio de la Universidad de Sidney, la masturbación ayuda a mejorar nuestro sistema inmunológico, ya que al eyacular se liberar diferentes hormonas como el cortisol, que ayudan a mejorar las defensas de nuestro cuerpo.
Por este motivo, la masturbación nos ayuda a prevenir enfermedades como:
La masturbación reduce las infecciones o enfermedades del tracto urinario, ya que durante la práctica se abre el cuello del útero, liberándose mucosidad y fluidos cervicales los cuales son propensos a albergar bacterias.
Esto es la sensación de hormigueo, calambres, movimientos involuntarios, dolor e inflamación. Se puede disminuir sus efectos a través de la masturbación, además de que mejora la calidad del sueño y descanso.
La diabetes tipo 2 puede evitarse, reduciendo el riesgo de padecerla a través de la masturbación. Eso es debido a que al hacerlo reducimos el insomnio por la liberación de hormonas y de la tensión, además de que fortalece el suelo pélvico por las contracciones que se producen durante el orgasmo.
A través de la masturbación se liberan endorfinas, llamadas también hormonas de la felicidad, que junto al cortisol mencionado anteriormente, mejoran el humor y bienestar general de las personas, además de que ayudan a reducir el riesgo de depresión, sobre todo en mujeres.
Si eres hombre y tienes entre 20 y 50 años, sería ideal que te masturbases al menos cinco veces a la semana, ya que con ello puedes evitar padecer tumores prostáticos o cáncer de próstata, reduciendo así sus riesgos según un estudio del Cancer Epidemiology Centre de Melbourne.