Con tanto contenido adulto gratuito en Internet, ¿cómo es posible que la industria adulta siga siendo rentable? La respuesta es bien sencilla: por la publicidad. Ya esté leyendo este blog desde su computadora o dispositivo móvil, tiene porno a tan solo un clic de distancia. Sin embargo, el contenido para adultos no fue siempre tan accesible, y menos aún gratis. En la actualidad, resulta más fácil encontrar porno que evitarlo: páginas de vídeos XXX, plataformas de videochats eróticos, comunidades de contenido erótico... Nunca antes el ser humano ha tenido un acceso tan amplio y variado al contenido explícito como en los tiempos que corren... Se estima que la industria adulta (estudios de cine XXX, tubes de videos porno, sitios de webcams eróticas, teléfonos eróticos, etc.) genera más de 100.000 millones de dólares en todo el planeta.
En estos momentos, y con tanto contenido gratuito, ¿cómo obtienen las empresas pornográficas sus ingresos? Para poder responder a esta cuestión, resulta esencial hacer un breve repaso de la historia de la pornografía y su modelo de negocio. Durante la mayor parte del siglo XX, la industria adulta funcionaba de manera similar a la que lo hacen los medios de comunicación, el cine y el entretenimiento antes de la irrupción de Internet. Las empresas de la industria adulta generaban dinero: vendiendo revistas eróticas, reproduciendo películas XXX en las salas de cine, distribuyendo contenido adulto en formato VHS y DVD u entretenimiento para adultos a través de los célebres canales de pago por cable. Estas compañías pornográficas ganaron mucho dinero en aquel momento, pero con la llegada de Internet la industria cambio por completo, incluido su modelo de negocio.
La industria del entretenimiento para adultos fue una de las primeras en ver que Internet era el futuro. Como la pornografía era un servicio por el que el usuario solo podía pagar antes de Internet, la inmensa mayoría de las páginas web con contenido adulto de comienzos del nuevo siglo obtenían sus ingresos mediante suscripciones. Pese a ello, a las empresas les resultaba muy difícil ganar dinero a través del porno en línea. Durante finales de los noventa y principios de los dos mil, en Internet a penas existían unos centenares de sitios web dedicados al entretenimiento para adultos. Además, eran páginas muy básicas: galerías con fotografías de desnudos, algunos vídeos XXX de mala calidad y un software de facturación adjunto a las cuentas bancarias de los creadores del contenido adulto. Conforme la tecnología fue avanzo, fueron surgiendo más y más sitios XXX y páginas de videochats eróticos, lo que provoco que los creadores de contenido independiente sintieran la presión de atraer más consumidores para poder hacer frente a este fenómeno.
El problema radica en que la pornografía no puede seguir las mismas estrategias publicitarias que el resto de industrias. Los anuncios porno no pueden emerger en una barra lateral de una página web convencional como si se tratase de un anuncio de automóviles o zapatos. Es un sistema complicado de publicidad de pago dispuesto en sitios web específicos. De ahí, que no veamos nunca anuncios de contenido adulto en páginas web tradicionales, como pueden ser las plataformas digitales de los medios de comunicación de masas. Por lo tanto, las primeras páginas de contenido adulto en lugar de basar su negocio en estrategias de marketing comunes confiaron en los “teasers”. Regalaban teasers a los usuarios que accedían a sus plataformas adultas. Los teasers son vídeos de pequeña duración -entre 30 y 60 segundos- que se utilizan para captar la atención de la audiencia. En el caso de la pornografía, suele tratarse de pequeños fragmentos de películas XXX de estudios, vídeos porno amateurs o una parte concreta de una transmisión por webcams eróticas. Este modelo de negocio ha tenido mucho éxito, ya que alentó a millones de usuarios a pagar las suscripciones de los sitios web adulto.
El lanzamiento de Youtube en 2005 tuvo un impacto determinante en la industria del entretenimiento para adultos. El modelo de carga y uso compartido de esta red social y plataforma de video streaming cambio para siempre la industria adulta en línea. De la noche a la mañana, Internet se vio inundada por miles de páginas web “tubes”. Aquí los usuarios pueden disfrutar de millones de vídeos XXX gratuitos o de pago fáciles de reproducir en cualquier clase de dispositivo. En la actualidad, los tubes son los que atraen a la mayor parte de la audiencia del entretenimiento para adultos. La empresa más importante en este ámbito es MindGeek, conglomerado propietario de portales tan icónicos como Pornhub, RedTube, YouPorn o PlayBoy.
Estas páginas web de entretenimiento para adultos cuentan miles de vídeos porno gratuitos. Durante sus comienzos, la mayoría del porno gratis que ofrecían procedía de videos pirateados de películas XXX. Obviamente, esto tuvo un fuerte impacto en la industria pornográfica convencional: en cuestión de pocos años, la mayoría de los estudios de cine adulto desaparecieron y gran parte de sus artistas se quedaron sin trabajo. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga. Al perder su trabajo, miles y miles de artistas del entretenimiento adulto comenzaron a grabar contenido adulto amateur. ¡Acababa de dar nacer la pornografia amateur! En la actualidad, la mayor parte del entretenimiento para adultos emana de los creadores independientes de contenido porno amateur. Tanto las plataformas como los artistas obtienen la mayor parte de sus ingresos también mediante las suscripciones de los usuarios. La publicidad solo es un mero complemento. Y, pese a presencia de tanto contenido gratuito, los beneficios de la pornografía sigan aumentando cada año que pasa.
Conforme los tubes con su contenido adulto gratuito fueron aumentando su popularidad, surge un dilema: ¿cómo una persona que se dedique al mundo del porno puede ganar dinero? Bueno, una respuesta simple a esto es que no todo es gratis. En estos momentos, siguen existiendo decenas de plataformas de entretenimiento para adultos que obtienen sus ingresos a través de las suscripciones. Sin ir más lejos, plataformas como OnlyFans o las webcams porno. Además, hay páginas web pornográficas que ofrecen contenido específico mediante membresias: BDSM, hardcore, Hentai, Interracial, Ético, Realidad Virtual, etc. Asimismo, también existen sitios web que, mediante el abono de una tarifa especifica, ofrecen a su audiencia vídeos adultos personalizados, vídeos de alta calidad o contenido adulto sin publicidad ni ventanas emergentes.
En otras palabras, gran parte de la industria adulta mantiene la ventaja frente al porno gratuito poniendo a disposición de su audiencia un producto más interesante. En lo referente a la pornografía procedente de tubes gratuitos, los clics son esenciales. Grandes empresas -como MindGeek- registran un tráfico masivo de usuarios que, más adelante, acaba llegando a las plataformas de pago. Empresas como MindGeek obtiene comisiones por desviar parte de sus usuarios a las páginas de suscripción, las cuales se publicitan en su plataforma. Y así sucede con el resto de grandes portales de contendido adulto gratuito: dejan que los sitios de pago se publiciten en su página y obtienen a cambio un beneficio económico por ello.