Aunque suene muy extraño puede que más de una de estas prácticas ya la hayáis experimentado. Simplemente desconocíais el verdadero nombre que tenía, ya que puede que en nuestro país no exista un término para denominarlo pero en otros sí. Algunas de ellas son muy interesantes, placenteras y divertidas, otras podrían considerarse parafilias, ya que están alejados de nuestra cultura sexual habitual y pueden parecer comportamientos algo especiales.
A continuación os dejamos que conozcáis las prácticas sexuales de nombres más extraños:
Abdorgasmos: Esto se trata de orgasmos producidos a través de ejercicio físico, como por ejemplo montar en bicicleta o a caballo, levantando pesas, en una sesión de aerobic o incluso practicando yoga. Esto es algo más común en las mujeres, aunque también pueden llegar a disfrutarlo algunos hombres. Lo más normal es que se produjese debido al roce que pueden hacer diferentes objetos en el clítoris de la mujer al hacer ejercicio.
Bangover: Este término parece provenir de hangover, que es como se denomina a la resaca o malestar después de una noche de desenfreno en la que ha reinado el alcohol. Bangover se refiere a la resaca muscular tras una noche de sexo, o lo que es lo mismo, a los dolores musculares que se pueden sentir a la mañana siguiente. Esto puede ser resultado de hacerlo con mucha intensidad o por la poca práctica. Estas agujetas que podemos sentir aunque duelen, es un dolor placentero, ya que nos recuerda a un buen momento.
Matutolagnia: Aunque para muchos resulte un término algo extraño, seguro que más de uno lo vivís a menudo, ya que no es ni más ni menos que las ganas de practicar sexo nada más despertarte.
Tickling: Se trata de hacer cosquillas eróticas hasta alcanzar el orgasmo, todo ello acompañado de carcajadas por supuesto. Este término está asociado también a la Knismolagnia, que se refiere al placer sexual que se obtiene al hacer o recibir cosquillas, todo ello si para ti no es una tortura que te las hagan.
Ursusagalamatofilia: Esta palabra que aparentemente es impronunciable se podría llamar peluchofilia, ya que se trata de obtener placer erótico al practicar sexo con alguien vestido de animal (también puedes estar tú disfrazado), masturbarte con un peluche o fantasear y disfrutar de encuentros eróticos con personas que estén disfrazadas de osito, oveja o perrito. Esto se puso de moda hace unos años y llegó a aparecer en diferentes películas y videoclips musicales.